Imagina un instante donde el rugido de miles de guitarras se convierte en silencio reverente, y el peso de una era se condensa en una sola imagen. Ese momento sucedió el 5 de julio de 2025, en Villa Park, Birmingham, cuando el músico que dio vida al heavy metal, Ozzy Osbourne, subió a su trono de murciélago para el que sería su último concierto en vivo de Ozzy con Black Sabbath. Aquel instante fue captado por Ross Halfin, el fotógrafo que convirtió los himnos del rock en iconos visuales. La foto oficial que selló la despedida pasó a la historia por su carga emocional: una constelación de leyendas, en un solo encuadre.
Un evento sin precedentes: Back to the Beginning
El macroconcierto titulado “Back to the Beginning”, celebrado el 5 de julio de 2025, reunió en Birmingham a una multitud de más de 40.000 personas, y contó con un streaming que superó los 5,8 millones de espectadores. El evento estuvo marcado por la emotiva presencia de Ozzy, visiblemente afectado por el Parkinson y la EPOC, interpretando junto a la formación original de Black Sabbath – Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward – los clásicos “War Pigs”, “Iron Man” y “Paranoid”, por primera vez juntos desde 2005.
El impacto fue inmediato: una ceremonia de despedida colosal que reunió a la realeza del metal y el hard rock: Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Pantera, Alice in Chains… una constelación digna del fin de una era.
Ross Halfin: el ojo tras la leyenda
Ross Halfin, nacido en 1957, es un referente de la fotografía de rock. Desde los años 70 ha capturado figuras como Led Zeppelin, AC/DC, Iron Maiden y, por supuesto, Black Sabbath . Su trayectoria lo convierte en el escudo visual de los mitos del metal: su lente no solo registra imágenes, las eleva a símbolos.
Antes del concierto se realizó una sesión promocional con Black Sabbath, también capturada por Halfin. Pero la foto que define el adiós es la oficial, en la que posa Ozzy en su trono, rodeado de referentes del rock: un fotograma cargado de simbología y carga emocional .
La imagen del adiós: héroes en un mismo plano
La fotografía — compartida por Halfin en Instagram y replicada por El Universo — es un retrato coral que combina admiración, respeto y legado. En la fila superior, de izquierda a derecha:
Rex Brown (Pantera)
Tobias Forge (Ghost)
David Draiman (Disturbed)
James Hetfield (Metallica)
Tony Iommi (Black Sabbath)
Steven Tyler (Aerosmith)
Ozzy Osbourne
Robert Trujillo (Metallica)
Philip Anselmo (Pantera)
Geezer Butler (Black Sabbath)
Sammy Hagar
Kirk Hammett (Metallica)
Y en la fila inferior:
Mike Inez (Alice in Chains)
Zakk Wylde (Ozzy Osbourne / Pantera)
Bill Ward (Black Sabbath)
Lars Ulrich (Metallica)
Billy Corgan (Smashing Pumpkins)
Ese fresco humano constituye un mapa del rock contemporáneo, donde generaciones, subgéneros y rivalidades se funden en una comunión sin precedentes.
Significados ocultos en la fotografía
El trono de murciélago
Ozzy, sentado en su característica silla-murciélago, simboliza el peso del legado y la imposibilidad de seguir en pie, literalmente, en el final de su carrera .
Unidad intergeneracional
Las filas arriba y abajo representan un enlace entre viejas glorias y nuevas promesas: la línea de sucesión del heavy metal queda plasmada en una sola toma.
El arte de Halfin
Ross Halfin impone solemnidad sin sobreactuar, manteniendo la naturalidad de un momento genuino. La luz, la postura y la composición reflejan un estado colectivo: el respeto y la emotividad.
El peso emocional del adiós
El concierto duró más de 9 horas, con un recorrido que abrió el telón y terminó con Black Sabbath reunido. Ozzy, consciente de que era su despedida definitiva, expresó: “Let the madness begin” y luego “I just want to say… I love you”. Sharon Osbourne — y esposa y productora — contó que vetó a participantes “por interés económico”, subrayando el sacrificio emocional y genuino que rodeó el evento.
La fotografía de Halfin encapsula ese momento de verdad: es eco de agradecimiento, celebración, nostalgia y, sobre todo, comunión.
¿Por qué esta imagen trasciende?
Rarísima multiplicidad de leyendas: pocas veces el rock ha reunido tal plantel en una sola imagen.
Testimonio de un adiós auténtico: representa un cierre consciente, sin segundas oportunidades.
Obra de un maestro: Halfin convierte el registro en arte, fiel a su carrera como cronista visual del metal.
Conclusión: más que una foto, un símbolo
La instantánea de Ross Halfin no es un mero retrato de fin de gira; es una cápsula histórica. En ella, Ozzy, Tony, Geezer y Bill se despidieron bajo la mirada de quienes los admiraron, los siguieron y los heredaron. En un solo click, se selló una página del rock – pero el capítulo sigue vivo en la memoria colectiva.
Para quienes crecemos con estos himnos, esa fotografía es más que una despedida: es un puente que conecta pasado, presente y legado.
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